Leyendas, tradiciones, casas coloniales, bellísimos templos religiosos, exquisita gastronomía, hospedajes placenteros y de lujo, turismo ecológico, románticos atardeceres, mucha tranquilidad y por supuesto, gente creyente y amable como todo caribeño, hacen de Mompox un pueblo mágico en medio del Río Magdalena y excelente destino turístico del departamento de Bolívar sobre la Depresión Momposina.
Al llegar al puerto de Mompox un hermoso paisaje colonial sobresale como si fuera una valiosa pintura de óleo sobre lienzo. Nuestros sentidos quedan aturdidos ante la magnitud de su belleza. Una cúpula roja con blanco nos da la bienvenida y una línea de estructuras coloniales se van asomando poco a poco, seguidos del esplendor de una iglesia amarilla con blanco, jamás imaginada. Nos recibió Mompox con olor a piña, ese fruto dulce que se cultiva por estas tierras.
La sensación al tocar puerto fue exactamente la de llegar a un pueblo colonial, y no a cualquiera, porque este a primera vista es maravilloso. La edificación de la antigua plaza de mercado es lo que primero apreciamos en el Puerto La Albarrada, junto a la iglesia La Inmaculada, la plaza La Concepción y casas coloniales, con hermosos balcones y techos de tejas rojas que se mantienen intactas. Aquí el tiempo parece haberse detenido.
La casa más grande de Mompox que funciona como hostal es el prototipo de la arquitectura colonial momposina, con patios interiores, paredes altas, y frondosa naturaleza de la que sobresalen inmensos helechos y un árbol milenario. Un buen punto para iniciar nuestro tour por ser el mejor ejemplo de la opulencia que se vivió en el pasado. Como muchos lo han afirmado: por Mompox no se pasa, se llega. Bienvenidos. UN BOLÍVAR PARA VER Y CONTAR
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